Psicoanálisis

El gesto espontáneo y la capacidad de sorprendernos

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El curioso.

El diccionario define gesto como el movimiento de una parte del cuerpo, especialmente de la cara o de las manos, con el que se expresa algo. Por otra parte como expresión del rostro. En este caso desde el psicoanálisis lo definimos como la capacidad de sorprendernos del otro y de uno mismo. La madre que se sorprende de su bebé que realiza algo nuevo que no hacía. El terapeuta que se sorprende del paciente ahí donde él suponía una explicación del síntoma, surge algo nuevo, desconocido, que causa sorpresa, desconcierto.

El gesto espontáneo lo podemos pensar, siguiendo a Winnicott, como paradoja. Del lado de la madre, es y no es el bebé, es decir, ahí donde la madre es capaz de sorprenderse, no es más el bebé que ella suponía. Del lado del bebé, en la creatividad primaria, crea el pecho ahí donde esta presente. Newman plantea la paradoja como aprendiendo la espontaneidad; digamos porque la espontaneidad no se aprende.

La madre suficientemente buena da satisfacción a la omnipotencia del infante, a la vez que le da sentido; al hacerlo repetidamente, esta satisfacción al gesto espontáneo de la criatura da vida al self verdadero. La fuerza que instrumentaliza la madre le cede fuerza al yo débil del infante. “He vinculado la idea del self con el gesto espontáneo. La fusión de la motilidad y los elementos eróticos está en proceso de hacerse real en este período de desarrollo del individuo” (189).

El gesto espontáneo está relacionado con un ambiente de sostén de forma continua desde el principio; en la experiencia de ser (being) se encuentra el gesto espontáneo y el elemento femenino. Durante el proceso terapéutico, en la capacidad de sorprendernos a nosotros mismos, surge el gesto espontáneo y alude al  self verdadero.

La madre se adapta a las necesidades del infante por una parte y a los gestos de este por otra parte. “El yo del infante está acopiando fuerza, y en consecuencia se acerca a un estado en que las exigencias del ello serán sentidas como parte del self, y no como ambientales. Cuando se produce este desarrollo, la satisfacción del ello pasa a ser un muy importante fortalecedor del yo, o del self verdadero, pero las excitaciones del ello pueden ser traumáticas  cuando el yo todavía no puede incluirlas ni es capaz de absorver los riesgos involucrados y las frustraciones experimentadas mientras no se convierte en realidad la satisfacción del ello”(184). La capacidad creciente del infante se puede teorizar como sigue:

  1. etapa del self verdadero, las pulsiones no están claramente definidas como internas, las satisfacciones del ello se van convirtiendo en realidad.
  2. etapa de realidad interior, mediante las proyecciones, hay un exterior y un interior.
  3. en la salud, los procesos de transacción entre el self verdadero y el falso self, de vivir en un ámbito intermedio entre soñar y la realidad, implicará vivir en la zona cultural (195).

La madre no es suficientemente buena cuando reemplaza el dar satisfacción al gesto del infante por su propio gesto. Se trata de un infante que empieza reaccionando en vez de existiendo.

  • Así es posible ubicar el punto de origen del falso self, que ahora vemos que constituye una defensa, una defensa contra lo impensable, contra la explotación del self verdadero, que daría por resultado su aniquilación. (Si el self verdadero llega a ser explotado y aniquilado, esto ocurre en la vida del infante cuya madre no sólo no fue “no suficientemente buena” en el sentido expuesto, sino que fue buena y mala de una manera atormentadoramente irregular. En este caso la madre, en razón de su propia enfermedad, necesita causar y mantener la confusión en quienes están en contacto con ella. Esto puede surgir en una situación transferencial en la que el paciente trata de enloquecer al analista [Bion, 1959; Searles, 1959], y en algunos casos llega a destruir los últimos vestigios de la capacidad del infante para defender al self  verdadero) (192).

Es interesante ubicar las épocas o los momentos de la vida en que hemos sido o somos capaces de sorprendernos, de nosotros mismos o de otros. En nuestras relaciones de amistad, de pareja, de familia, con nuestros alumnos, nuestros padres, nuestros hijos…

Bibliografía

NEWMAN A. (1995), Non- compliance in Winnicott´s words, Nueva York, University Press, 1995.

WINNICOTT D.W.,1960, La distorción del yo en términos de self verdadero y falso, en: Los procesos de maduración y el ambiente facilitador: estudios para una teoría del desarrollo emocional.

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