Alianzas ofensivas

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Rosa Maria Denis Rodriguez en su investigación para determinar si existe algún vínculo  madre-hijo que propicies la condición adictiva en los hijos, analizó algunas conceptualizaciones desde las teorías psicoanalítica como son las formas de alianzas inconscientes. Esta forma de alianzas se establecen sobre la base de una coalición organizada con miras a un ataque contra otro o más de otro, a fin de ejercer sobre él una dominación, someterlo o destruirlo.

Las alianzas ofensivas, tanto como los vínculos fundados en ellas encuentran sus contenidos en representaciones que se asocian a procesos inconscientes ya establecidos en cada sujeto; mantienen fuera de la consciencia algunas representaciones según el interés conjunto y mutuamente garantizado de varios sujetos sellando así su vínculo. Los efectos de esta alianza se ponen de manifiesto, por lo general, mediante un acto autodestructivo, un delirio, una severa inhibición de pensar o una conducta perversa.  Develar las alianzas trae consigo efectos violentos para los sujetos, no corresponden en propiedad  ni al sujeto singular, aunque él sea parte beneficiaria y parte constituyente del conjunto, ni al conjunto que no existiría sin sus sujetos.

El retorno de los contenidos inconscientes se efectúa a través de los actings, las escisiones o delirios y cada vez que una alianza inconsciente defensiva puede ser desanudada, es fuente de un descubrimiento importante para los sujetos que se encuentran ligados a ella.

Käes (1993) plantea que en las alianzas se comparten síntomas debido a la necesidad de vínculo de sus miembros y pretenden sujetar a cada uno de ellos a su síntoma en relación con la función que cumple para él mismo y para otro en y para el vínculo. El síntoma recibe así un reforzamiento multiplicado. Si sólo tomamos en consideración la función que el síntoma cumple para el sujeto que lo produce inscribiéndolo en su historia singular y en su propia estructura omitimos la investidura que recibe de parte de otro, o de más de otro para mantener unido el vínculo. En las alianzas, los contratos y los pactos se mantienen unidos a los sujetos de un vínculo a través del síntoma manifiesto en el portador del cuerpo o del síntoma para él mismo y para los otros.

Resumiendo, en razón de su estructura, sus contenidos y sus funciones, las alianzas inconscientes constituyen un centro de la realidad psíquica que nos une a los otros. Las alianzas forman una parte del inconsciente de cada sujeto, cada uno de nosotros es sujeto de tales alianzas, ellas son constitutivas de la realidad psíquica del sujeto singular, en cuanto es sujeto del vínculo. Algunas alianzas nos han precedido, ya que éstas actúan desde el origen, es decir, desde antes de la llegada del sujeto al mundo, en los procesos de formación del inconsciente  y de la subjetividad de los sujetos que se han aliado entre sí. Cada uno de nosotros llega al mundo de la vida psíquica en la trama de las alianzas que han sido establecidas antes de él y en la que su lugar está marcado  por anticipado, el sujeto depende no sólo de sus pulsiones y  sus fantasías inconscientes, sino también  de las relaciones que mantiene con el inconsciente de los otros sujetos miembros del grupo.

Dicho de otra manera, los contratos narcisistas establecen lo que hay que hacer y lo que está prohibido hacer por parte de sus integrantes (del grupo primario y los grupos secundarios) implicando un tercero que funciona como garante del cumplimiento del mismo.  En los pactos narcisistas, no hay un contrato, no hay un garante, generándose violencia y coerción para instituirlo. Es lo opuesto al contrato, este pacto narcisista (patológico) contiene y transmite violencia y no permite la libertad, la autonomía y la subjetivación de sus miembros.

Bibliografía.

DENIS, R. RM. La función materna y el consumo de drogas. Tesis Doctorado. México: CiES, 2016.

KAËS, R.(1993).  El grupo y el sujeto del grupo. Buenos Aires: Amorrortu,

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