¿Por qué hacemos berrinches?
Fotografía con Licencias Creative Commons.
Por: Jocelyn Paz Trejo, Gabriela González Ruiz.
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Cuántas veces no hemos presenciado en la calle, el super o en el transporte público la escena de un niño llorando, pataleando, gritando, golpeando, insultando, aventando o tirando objetos con gran fuerza a su madre, padre o la persona con la que se encuentre. Esta actitud solemos asociarla y decir “está haciendo un berrinche”
Tal vez te ha tocado presenciar estos berrinches o bien te ha tocado vivirlos y son bastante incómodos, pero ¿qué es el berrinche y por qué se da?
Los berrinches pueden presentarse a partir del inicio de los dos años y comienzan a desaparecer a los 5 años; a esta edad a los niños aún les cuesta procesar y expresar sus emociones lo que los lleva a sentir rabia o frustración ante diferentes factores como:
- La negación ante algo que querían.
- Sobreprotección
- Disciplina estricta.
- El mal humor de los padres.
- Fatiga.
- Excesos de estrés
- Desviación de la rutina diaria.
- Sentirse solos.
- Falta de supervisión por parte de los padres.
- Problemas en casa.
- No darle atención.
Son motivos por los cuales se pueden dar estas reacciones .
El berrinche no se aprende, es una forma de comunicación para expresar las necesidades que el niño tiene; cuando se manifiesta es porque ya se llegó a la tolerancia máxima de frustración. Esto quiere decir que el niño ha tolerado en diversas ocasiones alguno de los factores antes mencionados.
Hay que tomar en cuenta que los hijos son el reflejo del entorno familiar.
El berrinche no sólo se da en la niñez o infancia, sino que también puede persistir hasta la etapa adulta.
En la adolescencia el berrinche se puede manifestar como capricho o enojos, este método se usa con la intención de hacer sentir mal a los padres, amigos o pareja y así obtener lo que ellos quieren. Hay que tomar en cuenta que la adolescencia puede concluir a los 25 años dando pie a la adultez temprana.
Este tipo de berrinches se caracteriza por:
- Llevar la contraria
- Volverse obstinado
- Gritos desmesurados
- Lanzar objetos
- Ataques físicos
Si estas respuestas no se trabajan pueden llegar a manifestarse durante la adultez. Las personas en esta etapa mayormente se sienten enfadados con el mundo y suelen perder el control de sus emociones con frecuencia, ya que les cuesta canalizar, identificar y trabajar sus emociones.
Las conductas que llegan a tener son ante figuras de autoridad como jefes, policía y los padres en la vejez; los comportamientos son negativos, hostiles y desafiantes como:
- Discuten
- Desafían las normas
- Culpan a los demás de sus conductas y errores
- Se enfadan
- Se muestran resentidos
- Rencorosos
- Vengativos
En los momentos del berrinche son sus sentimientos los únicos que importan por lo que no muestra consideración a los demás.
Hay adultos que ante los momentos de frustración, tristeza o decepción manejan los conflictos de una manera infantil, ya que no han desarrollado las herramientas psicológicas para afrontar estas emociones; tanto es así que pueden llegar a dañarse a sí mismos, por ejemplo realizando conductas como pegarle a la pared, esta dará un alivio momentáneo, pero no da solución al conflicto.
Sin duda los berrinches pese a que son una manera de manejar la frustración, también es un llamado a la atención del otro. A su vez es un síntoma de que se están teniendo dificultades con la regulación de las emociones; las cuales si no se trata de manera profesional y a tiempo se puede llegar a desarrollar un trastorno de la conducta o socialización.
Recuerda que la base de una relación y convivencia sana es la comunicación, ayuda a tus hijos a poder identificar y externar de manera cómoda y segura sus emociones.
Si has identificado alguna de las conductas anteriores en tus hijos te sugerimos acudir con un profesional para comenzar, como familia, a trabajar sobre estas dificultades.
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