Persona que ama conforme a lo que fue
El sentimiento de sí en Sigmund Freud, es una articulación en el yo, entre:
el yo ideal,
el ideal del yo,
y el objeto.
El yo ideal pensado como eso que se constituye a partir del narcisismo infantil, his majesty the baby, es el ideal que los padres construyen a partir de la castración, la forma como el hijo, la hija, traduce, metaboliza, ese anhelo de los padres que se llama his majesty the baby; la forma como lo traduce, eso es el yo ideal. Entonces el yo ideal va a ser la sumatoria de la traducción de his majesty the baby, mas todo esto que Lacan trabaja en el estadio del espejo, la imagen de completud.
Hablar de yo ideal es hablar de omnipotencia, es hablar de inmortalidad, por supuesto es hablar de perfección entre comillas. Cada vez que alguien dice, por qué a mi me habría de pasar esto, por qué a mi me dio esta enfermedad, por qué a mi me han pasado estas cosas malas, de alguna manera este reclamo, tiene como fundamente el yo ideal. En Lacan no es separable yo, yo ideal, y his majesty the baby, en Lacan la constitución del yo, del moi, es la del yo ideal.
Lo que vamos a ver en las formas de amor narcisista, es que el sujeto no entra frente a un otro castrado, es mas bien puesto en una posición de réplica, de continuación, de prolongación del otro, de doble del otro, de cuerpo para el otro, His majesty the baby, no esta. En las cuatro formas de amor narcisista no hay ideal del yo.
En la clínica del amor narcisista, nos vamos a topar todo el tiempo con problemas de idealización, es decir que no es tratado como objeto en su diferencia radical, exactamente, es tratado dentro de una serie de variedades especulares.
Entonces se puede partir de que los narcisistas y los psicóticos no aman.
Hay varios problemas, uno es que si seguimos la obra de Freud, nos dice, que cualquier relación, fundamentalmente es una relación narcisista, cualquiera, de hecho hay gente que llega a sostener que es absurdo hablar de amor en psicoanálisis, o al menos desde Freud, porque habría toda una lógica en donde el otro finalmente es una obra de invención de uno y en tanto que es una especie de invención de uno, pues uno se esta relacionando con los fantasmas que esta proyectando en el otro, con lo que esta vinculizando a través de la idealización del objeto precisamente. Sin embargo hay también algunos pasajes de Freud que permiten introducir el problema del amor con un componente otro, o desde una mirada otra, que no se llama narcisista, que acompañan al narcisista, pero que no se agota en la narcisista. Quien no ama enferma, ¿qué quiere decir Freud con eso? otro, cuando Freud habla de la genitalidad, y esto varias veces lo hemos visto, es claro que Freud esta subrayando que en la genitalidad lo importante no es la maduración, sino que la genitalidad supone el reconocimiento del objeto desde la diferencia. Es cuando Freud habla del amor pleno de objeto, ¿qué nos esta planteando Freud?, desde la lógica pulsional, no podemos hablar del amor, la pulsión no ama, la pulsión no tiene que ver nada con el amor, absolutamente nada, el amor por lo tanto es algo que atraviesa al yo, pero supone la estructura del yo; si estamos diciendo que implica la diferencia con el objeto, estamos diciendo que esta en juego todo un nivel de estructuración del aparato psíquico en donde la diferencia con el objeto, se puede incluir.
En el narcisismo está presente la dependencia de los otros o defensa contra dicha dependencia. Por un lado hay quienes buscan una ligazón porque los sujetos temen perder su sentimiento de sí estando solos, resultándoles insoportable la alteridad. Mientras que otros se defienden contra el peligro que acarrearía dicha ligazón, preservando la distancia por miedo a perder sus propios límites y el sentimiento de identidad, tendiendo a la autosuficiencia como modo de negar toda dependencia. En general, las personas tienen la necesidad de ser reconocidos por un otro semejante; la necesidad de ayuda, protección y reproducción.
Ser amado por otro, es decir, satisfacer la necesidad narcisista primordial, implica que el otro que me ama a mí está pendiente de mis deseos para satisfacerlos, esto plantea una estructura que deberá modificarse para permitir la convivencia social, lo cual generalmente engloba un problema al toparse el sujeto con la dificultad de abandonar esta estructura. En todas sus variantes, el amor narcisista tiene como característica el hecho de no investir al objeto.
Cuando predomina la identificación con un objeto externo ideal vivido como propio, el Yo se mantiene en la ilusión inestable de un vínculo idealizado. Se margina de toda realidad que cuestione este vínculo. Confunde la representación del objeto con el objeto. Cuando prevalece la identificación idealizada sobre un objeto estamos en la clínica de las adicciones.
En el caso de el que ama a lo que uno mismo fue la madre sobreinviste al infante, pero lo desinviste cuando aparece el lenguaje o cuando aparece algún indicio de autonomia. El bebé tiene existencia como tal mientras no haya diferencia con ella; la separación le resulta intolerable y desinviste y cuando se retira se lleva consigo lo que invistió, pareciera que jamás invistió pero deja huellas, por lo que el yo del bebé sabe que él en cuanto existente es la causa del retiro libidinal de la madre. No es un acontecimiento fechable, es un retiro que se va dando conforme se presenta la separación del hijo y como respuesta hay un repliegue en la madre. El bebé experimenta que debido a su existir su madre se retiró, no se psicotiza debido a que fue sobreinvestido anteriormente. Hay un cuerpo erotizado, con huellas de placer pero todo es cortado de tajo.
El sujeto queda atrapado con algo que fue, percibiéndose como alguien que mereció ser amado pero algo indeterminado pasó y dejó de ser amado. Fue la causa del brillo de la mirada de mamá y al mismo tiempo es la causa de su opacidad, por lo que se mantendrá preguntándose por qué habiendo generado brillo ahora ya no lo es. Consecuencia de ello, investirá objetos que fueron y ya no son, con una mirada hacia el pasado porque es el único tiempo libidinizado, sabe que hay algo deseable en él pero que lo perdió y no sabe qué es, por lo que le acompaña la culpa narcisista sin saber por qué, se pregunta ¿qué es lo que yo tenía qué lo perdí, qué ya no está? es como si la madre se llevara lo valioso que hubo en él.
Estos sujetos se relacionan de manera pasiva y demandante con respecto al otro, requerirán que el otro les diga que fue lo que tenían, que perdieron, quedan atrapados en la pregunta y en la exigencia respecto al otro. Están en la búsqueda de algo que no tuvieron y no hay objeto que colme su nostalgia, es una vivencia de pérdida sin objeto, que sería equivalente a la angustia expectante, sin objeto.
“Que el sujeto se convierta en lo que debía haber sido y nunca fue”. El sujeto supone que fue su majestad el bebé pero no fue así y en una ruptura del Yo: Ama lo que fue.
Bibliografía
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