En un día de mi vida como psicólogo en tiempos de pandemia
Fotografía con Licencias Creative Commons
Por: Ezequiel Martínez Martínez -Licenciado en Psicología, CiES.
En el décimo segundo mes del año 2019, en Wuhan China se notificaba el primer caso de COVID-19, enfermedad causada por el SARS-CoV-2. La noticia llegó rápidamente a oídos de todo el mundo, surgieron entonces diferentes reacciones en los ciudadanos; el sarcasmo, los memes, los chistes, pero también la preocupación, la angustia, incertidumbre e incredulidad; instalándose de tal modo que aún no vemos su conclusión.
Lo que parecía estar muy lejos no tardó en llegar, fue el 27 de febrero que se suscitó en nuestro país el primer caso de contagio y desde entonces ya nada ha sido igual.
En efecto, han sido días difíciles, pues nuestra cotidianeidad ha sido modificada rotundamente; las desigualdades se hicieron notar con más repinte y, al pasar de los días nos hemos esforzado por adaptarnos en pequeños espacios cuadrados a causa del aislamiento, esto como una forma de protección para reducir los contagios.
En cada minuto de esta pandemia me ha invitado incesantemente a hacer algo que no acostumbraba, ya que comencé a contemplarme; ha surgido una preocupación que me ha permitido desarrollar mecanismos de equilibrio, pues me había acostumbrado que en la cotidianidad, me envolvía en conductas, pensamientos y relaciones efímeras, sin ningún interés por saber quién soy, o por ser yo mismo, sino por lo que acontecía en el mundo para responder a éste como mejor creía posible.
Ahora que lo pienso, escribo lo que a mí viene, palabras de Michel Foucault, cuando aludía a la espiritualidad como aquello que responde a un acto de conocimiento por sí mismo y para sí mismo. La espiritualidad no es algo que debemos alcanzar, tampoco es el privilegio de unos cuantos “iluminados”, sino la profundidad que nos sostiene, inmediata, íntima a la que todos podemos acceder.
La espiritualidad entonces es importante porque podría constituirse como un elemento de agencia en salud mental, que me ha regalado una comprensión del momento difícil, invitándome a una reflexión sobre el aislamiento que vivimos de manera singular; un modo de análisis de la situación de salud.
En medio de la crisis me ha surgido la oportunidad del cuidado, como diría Watson, como el acto que va más allá de lo físico y de las preocupaciones inherentes a los modos de presencia humana. Dicho de otra manera, el cuidado contempla las dimensiones de lo emocional y lo espiritual como parte de lo físico, por lo que la ciencia del cuidado tendría que estar promoviendo acciones que permitiesen el acercamiento –aun doloroso y angustioso- consigo mismo.
En un día de mi vida como psicólogo, en este tiempo complicado, me he preguntado a menudo ¿Cómo afrontar este reto? Si bien he aprendido de mi familia, amigos, colegas de maestría, alumnos, pacientes con padecimientos crónicos y diversas personas de diferentes puntos del país y del mundo que la tecnología ha favorecido para construir e intercambiar saberes, primero a fomentar la búsqueda de mí mismo que considera incluso el alma. Esto me ha permitido responder que a este reto se debe hacer frente como cualquier otro, con sabiduría y discernimiento, siendo consciente de lo que se puede hacer y hacerlo, y de lo que no se puede resolver y aceptarlo, pues las circunstancias que vivimos no las podemos cambiar; lo que sí está en nuestras manos es cómo nos adaptamos a los cambios que las circunstancias nos imponen.
Mantener la calma, la ecuanimidad y el estrés reclama de un ejercicio de autoconciencia para conectar con la propia presencia. Trabajar para lograr y mantener la conexión conmigo mismo y con lo demás.
Recuerda que el autocuidado no es lo que hacemos al salir del trabajo sino desde donde trabajamos para cuidarnos en el mismo trabajo, a distancia del otro, pero cercano a mí, en un día de mi vida como psicólogo aprendí, que la salida es hacia dentro.
- Hermenéutica del sujeto (1994). Madrid: Ediciones de la Piqueta.
- WATSON J. Nursing (2008). The Philosophy and Science of Caring. Boulder: University Press of Colorado.
2 Comments
Erika Guadalupe Acuña
Excelente reflexion el autocuidado de nosotros mismos
Ezequiel Martínez
Muchas gracias por su comentario.