El ajedrez y la guerra psicológica de egos. Entrevista con el Maestro Internacional (MI) Roberto Navarro Segura

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Por: César Hernández Ubaldo

El ajedrez es un deporte que requiere de mucha práctica, estudio y dedicación, por ello, se requiere de una motivación bien cimentada para tener la disposición de dedicarle horas de estudio. El motivo que impulsa a los ajedrecistas probablemente no sea el simple afán de agresividad característico de todos los deportes de competición, sino uno más perverso:

“La índole matemática del juego confiere al ajedrez un peculiar carácter sádico-anal. La sensación de arrolladora superioridad se complementa con la de fatal impotencia por parte del otro. Este rasgo sádico-anal es lo que permite al ajedrez acomodarse perfectamente para satisfacer al mismo tiempo los aspectos homosexuales y antagónicos de la rivalidad padre-hijo”.
– Reuben Fine

Para saber de primera mano cómo es la experiencia de convertirse en un gran ajedrecista entrevistamos a uno de los mejores jugadores de la historia ajedrecística mexicana, el Maestro Internacional (IM) Roberto Navarro Segura.

Roberto Navarro en sus 40 años de experiencia como ajedrecista, participó en muchas competiciones en México y el mundo. Ha sido campeón nacional juvenil, subcampeón nacional senior y competido con muy buenos resultados en las olimpiadas de ajedrez.

Roberto Navarro Segura

¿A qué edad empezó a jugar ajedrez?

Comencé a jugar ajedrez entre los 15 o 16 años. Nunca tuve la idea de que me iba a profesionalizar o a vivir de eso, uno no comienza con esa idea, sino porque le gusta y tiene espíritu de competencia. De hecho, no me dedique completamente a jugar ajedrez, faltaron elementos para que yo pudiera dedicarme exclusivamente a jugar; un buen entrenador por ejemplo.

Si observas la trayectoria y las bases que han tenido los grandes jugadores del mundo -sobre todo los rusos-, te das cuenta de que aprendieron a jugar a los 5 o 6 años y desde esa edad contaban con un campeón o subcampeón mundial entre sus entrenadores, tenían una biblioteca muy amplia, publicaciones y sobre todo torneos donde tenían la oportunidad de competir constantemente.

¿A qué edad fue su primera participación en un torneo oficial?

Mi desarrollo fue muy rápido, 6 meses después de aprender a jugar ya estaba participando en torneos oficiales en categorías bajas, pero un año después ya estaba en primera fuerza y al paso de un año ya estaba a nivel internacional. Fue mucha dedicación, ocho horas diarias de ajedrez. En aquella época (70´s) la transición de secundaria a preparatoria era muy larga y tuve nueve meses de vacaciones. En esos nueve meses me dediqué a correr y a jugar ajedrez. Dedicaba una hora y media a correr y de 6 a 8 horas a estudiar ajedrez.

¿Cómo fue su proceso de estudio en ajedrez?
De alguna manera entendí que para aprender más había que tomar libros de ajedrez. Entonces yo agarraba lo mejor que encontraba en aquella época. En esos tiempos estudiar no era tan fácil como ahora. Para desarrollar una partida, desarrollar variantes y luego volver a la posición inicial tenías que usar el tablero y las manos. Sólo podías revisar 10 partidas al día si te iba bien. Era difícil encontrar buenos libros y los que había no llegaban a México.

Hoy aprietas un botón y ya se movió la pieza, aprietas otro botón y regresaste a la posición anterior. Puedes analizar 50 partidas en un día, fácil.

¿Qué opina de los softwares, redes neuronales e inteligencias artificiales que son programadas para jugar ajedrez?

Curiosamente el ajedrez y las computadoras han estado ligados desde el inicio de la computación. Los primeros programadores y fabricantes usaban el ajedrez para probar la capacidad de las computadoras. Las palizas que le propinaba el humano a la maquina les dejaba la certeza de que los algoritmos estaban en pañales. Las computadoras tardaron más de 50 años en ganarle a un humano en ajedrez. Y no estoy tan seguro, déjame decirte que la mayor parte de los jugadores experimentados creemos que la victoria de deeper blue sobre el entonces campeón del mundo Garry Kasparov estuvo amañada, por decir lo menos.

Hubo sesgo?

¿Cómo fue?

Creo que IBM pagó a Kasparov cerca de cinco millones de dólares. Para IBM eso no era nada, al día siguiente ganaron mil millones de dólares en la bolsa. En ese tiempo la empresa estaba trabajando en un programa que venderían a la NASA. Este triunfo se ganó la confianza de los inversionistas, para IBM era de vida o muerte ganar ese match. Yo sé que a la larga IBM iba a vencer a Kasparov, probablemente al siguiente match o en tres o cuatro años, indudablemente, ya estaban en ese camino. Pero se aprovecharon de la condición humana para acelerar el proceso.

En el aspecto técnico cualquier jugador de buen nivel se da cuenta de que Kasparov entró en variantes que ni antes ni después volvió a jugar ¿Tú que conclusión sacarías si te das cuenta que un jugador que en toda su historia ha jugado así, de repente adopta un estilo diferente?, la posición que se dio era teórica. Son posiciones donde la computadora se siente cómoda. No es una posición estratégica, es una posición táctica. Y en esas posiciones tácticas, las computadoras son casi infalibles.

Las computadoras dieron un paso adelante cuando entendieron cuál era el proceso de pensamiento de un GM (Gran Maestro). Las computadoras son programadas para pensar mil millones de jugadas. El Gran Maestro no tiene la necesidad de analizar mil millones de variantes, ¿qué necesidad hay de analizar las peores jugadas?, el GM simplemente descarta inconscientemente las peores jugadas y ¿cómo las descarta?, las descarta por patrones de pensamiento que se van creando en su memoria, en su cerebro.

Garry Kasparov escribió un libro del que probablemente haya escuchado “Cómo la vida imita al ajedrez”, donde expone que el ajedrez se relaciona de varias formas con diferentes aspectos de la vida. ¿El ajedrez se relaciona con la vida?

-El ajedrez tiene mucha relación con otros aspectos. Los negocios, la psicología, el deporte, incluso con lo militar; hay que ser un gran estratega. Los rusos toda la vida han sido grandes estrategas, demostraron como un país que estaba en la peor de las situaciones hace 20 años de repente brinca y está al tú por tú con los Estados Unidos.  No voy a decir que salieron adelante gracias al ajedrez, pero sí gracias a una cultura de este pueblo en donde está muy arraigado el juego de estrategia.

Durante muchos años abiertamente diversos entes financieros buscaban a los mejores jugadores de ajedrez para que formaran parte de sus filas y adiestrarlos en cuestiones financieras. Entendieron que gracias a la capacidad de proyección que les daba el ajedrez, podían ser buenos elementos en al momento de predecir movimientos en la bolsa, pero más que prever en un sentido místico, en el de diseñar un plan de operación integral. Un ejemplo es Ronald Henley quien después de convertirse en GM se dedicó a los mercados financieros. Se me escapan nombres pero sí sé que hay varios GM que se dedican a comprar y vender acciones en los mercados financieros. El ajedrez te da memoria, capacidad de razonamiento, capacidad de prever escenarios y si tu eso lo complementas con cierta preparación dirigida a las finanzas, a la política o a otros aspectos, tienes una herramienta formidable.

El ajedrez también guarda cierta relación con la psicología. Algunos psicólogos renombrados se han interesado en el juego, como Rouben Fine, quién escribió un libro; “La psicología del jugador de ajedrez”. Rouben Fine a su manera, explicaba el motivo por el que el juego llama más a los hombres que a las mujeres. Él decía que era porque los varones tratan siempre de superar o de destruir al padre, tiene algo que ver con el complejo de Edipo. El rey contrario encarna al padre. Yo no sé si sea cierto, pero he visto que la mayor parte de mis alumnas, divagan mucho, no se centran en que el fin del ajedrez es matar al rey. En cambio, los alumnos sí saben que el fin del ajedrez es matar el rey. Las mujeres enfocan su juego hacia ganar piezas, acumular caballos, peones o torres contrarias y se les olvida que hay que dar mate al rey. Curiosamente es un aspecto que ha sido adjudicado evolutivamente a la mujer, la acumulación.

Cuando el actual campeón del mundo Magnus Carlsen era un adolescente, jugó una partida contra Kasparov, le ganó. Se cuenta que este primer contacto trascendió y Kasparov como un jugador más experimentado introdujo a Magnus al aspecto psicológico del juego. Magnus Carlsen se convirtió en campeón del mundo tiempo después. ¿Hizo Kasparov campeón del mundo a Magnus Carlsen?

Eso yo no lo creo. No dudo que le haya podido ganar, sobre todo si era una partida rápida. En una partida rápida es muy fácil que un jugador joven le gane a otro jugador que le duplica la edad. Por alguna razón extraña, o no tanto, el proceso de pensamiento de los jugadores jóvenes es más rápido. Son más rápidos de todo, de manos, de pensamiento; en mucho sentidos. Kasparov le lleva más de 30 años a Carlsen. Magnus estaba destinado a ser campeón mundial con o sin Kasparov. Claro, siempre estar en contacto con un campeón mundial te ayuda. Si no me crees pregúntale a las hermanas Polgar. Después de estar en contacto con Bobby Fisher, nadie las detenía. Fisher vivió en la casa de las Polgar durante algún tiempo y en ese momento las dos hermanas fueron imparables. Kasparov ayudó probablemente, pero no fue un factor determinante.

¿Qué cualidades psicológicas necesita una persona para ser un gran jugador de ajedrez?
Bobby Fisher decía que su momento favorito de la partida era cuando su rival se derrumbaba psicológicamente. Para Fisher y para muchos GM el ajedrez es una guerra psicológica, es una guerra de egos, si lo quieres ver así. Tú le tienes que demostrar seguridad a tu rival. Si le dejas ver que no te sientes bien en la situación, tu rival se puede dar cuenta. Como te digo, es un choque de egos, de voluntades, el que se derrumba primero, el que no aguanta la presión muy probablemente pierde.

Se requieren ciertos comportamientos específicos para ser un gran jugador de ajedrez. El jugador de ajedrez tiene que ser obsesivo, obsesivo con su meta. Todos han sido obsesivos; Carlsen, Fisher, Kasparov, todos se han obsesionado con ganar y ser el mejor. Para ser un gran pianista también tienes que ser obsesivo.  Hay varias cualidades necesarias, también tienes que tener espíritu de lucha.  He conocido a talentosos jugadores que a la primera se dan por vencidos. Yo mismo, incluso estuve a punto de retirarme del ajedrez, yo quería ser campeón nacional, aunque sólo llevaba nueve meses de práctica. Me frustraba porque todavía perdía partidas contra jugadores que yo consideraba inferiores y estuve a punto de retirarme. Un maestro me dijo que habría un torneo de Apaseo del Grande, yo no tenía dinero para ir y el maestro me apoyó económicamente; el trato fue que si ganaba un premio le iba a pagar y si no, pues ya ni modo. Gracias a ese maestro no me retiré del ajedrez, fui al torneo y gané 2 500 pesos de hace 45 años. Pude pagarle. Después me convertí en campeón nacional juvenil, campeón de la ciudad y subcampeón nacional.

Fue mucho estudio, dedicación y lo más importante, el impulso. El impulso es parte de la obsesión; por aprender, por destacar, por jugar mejor que otros. Ese impulso te lleva a querer estudiar ocho horas diarias. Es como una carrera. Hay una famosa regla que se aplica para todas las actividades humanas, si tú sumas 10,000 horas de práctica en alguna materia, con seguridad vas a lograr la maestría y el ajedrez no es la excepción. Por eso es que tienes que empezar a jugar desde los seis años, porque tienes tiempo de acumular esas 10,000 horas antes de que te cases y empieces a tener otros intereses que demanden tiempo.

El ajedrez es un juego complejo y aunque las reglas no lo son tanto, es difícil tratar de transmitir ese conocimiento a los niños, es difícil encontrar una forma de comunicarles está lógica, ellos no necesariamente están familiarizados con la lógica, se están desarrollando aún, estructuran sus pensamientos de diferentes formas. ¿Cómo enseñar a jugar ajedrez a niños de cinco o seis años?

La persona que enseña debe tener ciertos conocimientos. He conocido maestros que no saben lo que es el peón al paso. No saben las reglas básicas del ajedrez. Quien quiera enseñar ajedrez debe tener paciencia, no es fácil enseñar a un niño, pero vale la pena. El ajedrez es la mejor gimnasia para la mente. Hay que ser consciente de que hay niños a los que no les va a gustar el juego. El ajedrez no es para todos.

Y hoy es más difícil, los niños se están acostumbrando a la inmediatez, a las tabletas y a otros distractores que antes no teníamos. Claro, esos mismos distractores bien usados están haciendo que los niños que sí están interesados en el ajedrez, sean unos Grandes Maestros a los 11 o 12 años. Algo impensable antes. Es como contradictorio, todos estos distractores quitan a mucha gente las ganas de jugar ajedrez, pero los que sí se meten al juego tienen más facilidades para llegar a la maestría, porque ahora tú te metes a internet y encuentras material. Yo sufría porque no había libros buenos, ahora en internet encuentras todo, puedes ver las partidas que juega el campeón mundial al instante. El niño que se dedica al ajedrez tiene todos los elementos para ser un gran jugador. Cuando digo que el ajedrez no es para todos no me refiero a que no todos tengan la capacidad. Todos tienen la capacidad, o por lo menos el 99%, en ese sentido el ajedrez sí es para todos, pero hay gente que prefiere pintar o correr, ver la televisión y es válido totalmente, si no, imagínate este cómo sería este mundo.

¿Jugar ajedrez te hace más inteligente?

El ajedrez es una gimnasia mental. Todo deportista profesional tiene que dedicar tiempo a la gimnasia para fortalecer su cuerpo. Lo mismo sucede con el juego, quien juega ajedrez desarrolla la memoria, la capacidad de razonamiento, la paciencia y eso influye para que estructures mejor tus pensamientos. ¿Eso te hace más inteligente?, yo creo que sí. En diversos países, sobre todo en Europa se han hecho estudios sobre ajedrez y desarrollo cognitivo. Han encontrado que un niño promedio, tres meses después de jugar ajedrez suben sus calificaciones, en matemáticas y en otras áreas.

¿Qué le hace falta a México para tener un campeón mundial?

No hay nada que garantice que en un país haya un campeón mundial. Ten en cuenta que hay casi 200 países en la ONU y hasta el momento son 6, 7 países los que han tenido un campeón mundial.
Rusia, Estados Unidos, Alemania, Noruega, Cuba e Inglaterra, a lo mejor se me escapa uno. Te puedo decir que próximamente habrá un campeón chino, con seguridad. Hay elementos que nos dicen que las grandes potencias destacan. La mayor parte de países que tienen a un campeón mundial son potencias, excepto por Noruega y Cuba; entonces también hay elementos que indican que la genialidad de un hombre -a pesar de su contexto- puede romper esquemas. Bobby Fisher (E.U.)  lo hizo en su momento al vencer a un país que dominaba el ajedrez antes de que Fisher naciera y siguió dominando después de que Fisher murió. Fisher era un genio.
No hay nada que podamos hacer para garantizar que haya un campeón mexicano, lo que sí podemos hacer es garantizar que haya un Gran Maestro mexicano que este entre los 10 o 15 mejores del mundo, eso sí lo podemos hacer. Yo tengo una idea; constituir una fundación integrada por 3 o 4 personas y poner una bolsa de mínimo 100 mil o 200 mil dólares para el primer Gran Maestro mexicano que rebase los 2750 puntos de rating. Vas a ver habrá docenas de jugadores que cuando vean ese premio van a querer estudiar 8 horas diarias.

¿Qué diría a los jugadores que recién se están iniciando en el juego o que han contemplado aprender a jugar?

Yo les diría primero que si apenas están tratando de adentrarse en el juego lo hagan sin miedo. Cualquiera puede llegar a niveles altos, pero tengan en mente siempre que lo importante es disfrutarlo. Si juegas bien o si eres campeón o no, eso es secundario. A menos que tengas como única meta llegar allá.

Sean constantes, no se desanimen, dedíquenle su tiempo libre al juego. Disfrútenlo, no importa si tienen 6 o 100 años, tuve una gran alumna de 85 años, le gustaba mucho el ajedrez.
El ajedrez es una gimnasia mental muy noble.

REFERENCIAS:
Reuben Fine. (1967). La psicología del jugador de ajedrez. Barcelona, España: Ediciones Martínez Roca.

George Johnson. (1997). Deep, Deeper, Deepest Blue. 20/05/2017, de The New York Times. Sitio web: https://www.nytimes.com/1997/05/18/weekinreview/deep-deeper-deepest-blue.html

 

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