Adicciones

¡ay mi hijo¡

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En la búsqueda de alternativas de tratamiento de las adicciones Rosa Maria Denis Rodriguez realizó una investigación sobre la relación madre-hijo para determinar si existe algún vínculo entre la forma de encuentro entre ellos y la presencia posterior de la condición adictiva en los hijos. Analizó algunas conceptualizaciones desde varias perspectivas teóricas dentro de la corriente psicoanalítica como son, la función materna, la constitución del sujeto, características narcisistas en estos vínculos, producción fantasmática o fallas en la misma como una posibilidad de corporeizar al sujeto, la participación del padre en este tipo de problemáticas, formas de elección de objeto, así como las alianzas y pactos narcisistas, y la función de la droga en los sujetos de la adicción.

Estudió tres casos de madres con hijos consumidores de drogas que acudieron por apoyo a un Centro de Rehabilitación, con quienes realizó entrevistas a profundidad para indagar cómo fue la relación con sus hijos y cómo llegaron a la situación actual. En este contexto, algunas madres optan por solicitar atención terapéutica para la curación de su hijo:

  1. Pensando que dejan parte de sus vidas en el intento de sacar a su hijo o hija de la droga.
  2. Otras con mucha culpa sospechando que algo tienen que ver con el estilo de conducta adictiva del hijo(a) y por último.
  3. Las que no tienen ni idea del por qué su hijo(a) se volvió consumidor, a lo sumo pensando que se debe a las malas compañías.

Se encontró que el caso número uno, al que identificó con la frase: “nadie le dijo que tenía que querer a su bebé”. Este caso coincide con el primer supuesto de las madres que piensan que dejan parte de sus vidas en el intento de sacar a su hijo de la droga, situación que contrasta con las acciones de esta madre que apuntan hacia algo opuesto como el hecho de que le de el dinero para comprar las drogas, por mencionar sólo alguna. Esta madre a causa de su propia historia, no contó con las condiciones estructurales necesarias para ejercer la función materna, no supone un sujeto independiente de ella y sin la presencia paterna que le ratifique como sujeto, condenado al hijo a permanecer en un estado de indiferenciación con el objeto, en un principio la madre y después la droga.

 

Respecto del caso número dos, al que llama  “una piel para dos”, esta madre remite al  tercer supuesto en el que, no se tiene idea del motivo por el cual su hijo se volvió consumidor de drogas y busca la causa y la solución en diversas condiciones externas, acude a solicitar ayuda en lugar de él y dice saber cómo se siente, usurpando los afectos de su hijo a la manera de un ser para dos. Al parecer el inconsciente materno obstaculizó la escucha de las necesidades de su hijo, generando una introyección deficiente de la función materna, condición que lo priva de construir una historia propia reduciendo su vida al consumo de drogas y al retraimiento narcisista en el dormir.

En el caso número tres llamado “Ay mis abuelos”,  encontró una madre cuya condición es diferente a los supuestos iniciales ya que no manifiesta culpa ni se pregunta si el consumo de drogas de sus hijos tiene que ver con ella, ni dejará su vida en el intento de sacarlos de las drogas. Esta madre pretende obtener un beneficio económico acudiendo a solicitar atención para su hija. Debido a las características de este caso y para su mejor comprensión, se integraron algunos apartados referentes a legados, alianzas, pactos y transmisiones generacionales, que proponen que en las familias existen, contratos, pactos, y  lealtades inconscientes, que son transmitidos de  generación en generación a través del inconsciente familiar, por lo que los sujetos están influenciados por sentimientos y  comportamientos que no les son propios, pues se permanece en el sistema familiar a través de estos contenidos y de los dramas provenientes del pasado, lo cual parece explicar mejor la condición de esta madre frente a sus hijos, quien, además de no contar con las condiciones estructurales necesarias para llevar a cabo la función materna, está repitiendo la tradición familiar de crianza de sus hijos probablemente por lealtades inconscientes, en la que prevalecen los abusos, la prostitución y el abandono, en donde las madres permanecen la mayor parte del tiempo dormidas, privando a sus hijos de la atención necesaria para su desarrollo psíquico y llevándolos al consumo de sustancias para  anestesiar el dolor y adormecer las sensaciones de vacío ante un presente que les perturba.

Por lo anterior, los hallazgos de la Dra. Denis alertan a considerar la propuesta de la madre hacia la terapia del hijo adicto. La participación de estas madres en el consumo de drogas de sus hijos se vincula con algunas fallas en la función materna y el fenómeno que subyace a este encuentro fallido está relacionado con problemáticas narcisistas y herencias generacionales no resueltas. Tienen frente a ellas un enigma en el que no pueden encontrar el motivo por el cual sus hijos se drogan y buscan respuestas en el exterior, presenciando el paso del tiempo entre un intento y otro para volver a iniciar su recorrido ante la siguiente recaída tan esperada y tan temida por ellas.

Referencias.

CHAMIZO, G. O. Cuerpo y Ética: Un esbozo posible de la relación entre Freud y Lévinas. En: El cuerpo. Espectros de psicoanálisis. Número 2, verano 1998.

CHAMIZO, O. (2009). Pasajes Psicoanalíticos, Clínica Freudiana I. Siglo XXI: México, 2009.

CHAMIZO, O. (2010). Seminarios sobre la revisión del libro La violencia de la interpretación de Piera Aulagnier. México: CiES, 2010.

DENIS, R. R-M. (2016). La función materna y el consumo de drogas. Tesis Doctorado. México: CiES.

SCHÜTZENBERGER, A.(1993). ¡Ay mis abuelos! . Editorial Omega: Buenos Aires, 2006.

    2 Comments

  1. Hoy en día hay más adicciones por medicinas controladas que los chavos o chicos encuentran en casa, jarabes mezclados con sodas o cosas similares.

    La adicción se estudia desde el nivel Neurológico de la dopamina, y social, cómo influye el ambiente, pero también las leyes y normas sociales que reprimen o bien permiten esto; hoy en día en muchos lugares como USA están permitidas ciertas substancias o sustancias con receta médica, Canadá a veces lo permite también.

    La adicción es llenar vacíos a veces, a veces es recreativa o recreacional y a veces es crónica donde el sujeto mataría o robaría por tener la substancia en sus manos, a veces se tiene esta falsa noción que la adicción hace olvidar al sujeto de sus problemas o de sus dolores internos, en lugar de tratarlos con terapias profesionales, se refugia más y más en la depresión que la substancia produce, en la soledad y en el concepto que nadie los comprende, la mejor terapia es hablar, expresar sanamente las emociones y sentimientos, no abusar la substancia dada así fuera legal.

    Hoy vemos muchos niños ni siquiera adolescentes abusando resistoles y cosas encontradas en casa o en escuelas, hay un sentimiento de falta de pertenencia social, de inutilidad, de que nadie los comprende o entiende.

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