Alimentación complementaria – La nutrición de hoy es el futuro del mañana
Por: Jimena Ayala
El periodo del nacimiento a los dos años de edad es un momento crítico para la promoción de un buen estado de salud, crecimiento y desarrollo óptimos.Esta etapa es la de mayor riesgo para presentar desaceleración del crecimiento y desarrollo, deficiencias de micronutrientes y enfermedades como la diarrea y neumonías. La OMS calcula que en los países en desarrollo dos de cada cinco niños tienen retraso del crecimiento.
Se estima que 35% de las muertes que ocurren en la niñez están asociadas a la desnutrición, esta, a su vez, es la principal causa de que los niños no alcancen su completo potencial de desarrollo. Alrededor de 32% de los niños menores de 5 años en países en desarrollo presentan talla baja para la edad. La talla baja para la edad nos ayuda a detectar una desnutrición crónica, en cambio el peso bajo para la edad nos ayuda a detectar una desnutrición aguda. No todos los niños con esta condición necesariamente tienen desnutrición por lo que es importante visitar al especialista ante cualquier duda.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida, y mantenerla como única forma de alimentación durante los 6 meses siguientes; a partir de entonces se recomienda seguir con la lactancia materna hasta por lo menos los 2 años y cesar hasta que la madre y el bebé lo decidan. Algunas sociedades como la Europea recomiendan poder iniciar la alimentación complementaria entre las 17-26 semanas (4 meses). La toma de esta decisión depende de varios factores, como la maduración del lactante, nutrición, si fue o no prematuro etc. Si tu bebé ya tiene 6 meses y no has iniciado la alimentación complementaria, es importante poder comenzarla, recomendamos ir con un médico para seguirla correctamente.
Los alimentos complementarios frecuentemente son introducidos demasiado temprano o demasiado tarde y son, en general, nutricionalmente inadecuados o inseguros.
La OMS y la Organización panamericana de la salud recomiendan que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios a los 6 meses, primero unas dos o tres veces al día entre los 6 y los 8 meses, iniciando con papillas, purés y alimentos semisólidos, después, entre los 9 a 24 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiéndoles aperitivos nutritivos una o dos veces al día, según se desee. Un ejemplo de aperitivo nutritivo puede ser una fruta.
En esta etapa se pueden agregar alimentos que puede consumir con los dedos (merienda que pueda servirse el solo) Se debe aumentar la consistencia y la variedad de los alimentos gradualmente conforme crece el niño, adaptándose a los requisitos y habilidades de ellos, llegando a los 12 meses donde los niños suelen poder comer el mismo tipo de alimento que el resto de la familia.
El proceso de la alimentación complementaria, no es solo importante para la parte nutricional, si no que el paso por todas las etapas alimentarias ayudan al bebé a obtener fuerza necesaria para poder alcanzar correctamente una de las metas mas esperadas en la infancia, el poder hablar. Así es, todo este periodo, será un momento de crecimiento y desarrollo muscular, entrenándose para poder llegar a la etapa en la que el lactante podrá pronunciar correctamente las palabras aproximadamente al año de edad.
Consistencia según la edad |
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Edad | Consistencia del alimento |
1-6 meses | Líquida = leche materna |
6-7 meses | Purés y papillas |
7-8 meses | Purés y papillas, picados finos y alimentos machacados. |
8-12 meses | Picados finos y trocitos |
> 12 meses | Trocitos pequeños |
Algunos consejos importantes para la alimentación complementaria
son:
- Evitar los alimentos que puedan causar que los niños se atoren o atraganten (alimentos cuya forma y/o consistencia implica el riesgo de que pudieran bloquear la tráquea, por ejemplo nueces, uvas, zanahorias crudas, cacahuates etc.
- Alimentar despacio y con paciencia, animar a los niños a comer pero sin forzarlos.
- Lavarse las manos y utilizar siempre utensilios limpios para preparar y servir los alimentos, así como almacenarlos de forma segura.
- Si rechazan varios alimentos se debe intentar con diversas combinaciones, sabores, texturas y métodos para animarlos a comer.
- Se deben minimizar las distracciones durante la hora de comida, para que el niño no pierda el interés.
- El momento de alimento es un momento de aprendizaje y amor, es importante hablar con los niños y mantener contacto visual.
- Anteriormente se creía que retrasar los alimentos que pueden causar alergia era recomendable, ahora se sabe que el darlos al inicio puede ayudar a disminuir el riesgo de alergias a estos, ayudando a sensibilizarlos. (disminuir la alergia) La lactancia materna también ayuda a diminuir el riesgo de alergias.
- El incluir fibra en la dieta ayuda a que los niños tengan menor riesgo de alergias intestinales y respiratorias.
- El consumir vitamina A y vitamina D tienen acción protectora sobre alergias y enfermedades como asma y dermtaitis atópica. (Vitamina A = zanahoria, pimientos, camote, brocoli, hígado, huevo (alimentos color naranja) Vitamina D = salmón, trucha, sardinas, champiñones, aguacate, huevo, queso.)
- Evitar dar bebidas azucaradas a todas las edades. En especial a temprana edad, ya que esto puede causar “adicción” a estas, y se ha visto un aumento de obesidad a los 6 años con introducción temprana de estas bebidas. Siempre prefiera la lactancia materna, agua sin sabor o aguas frutales preparadas en casa sin azúcar.
- Se debe evitar los endulzantes artificiales tanto por la madre en el embarazo y lactancia como para el bebé. Se ha encontrado que la introducción de estos hará que los niños tengan preferencia por sabores dulces en la vida adulta. Para fines prácticos, tienen el mismo efecto que el azúcar natural. Estos niños suelen tener preferencia por alimentos más dulces a lo largo de su vida.
- Actualmente el orden de introducción de alimentos es carnes, verduras, frutas y cereales, leguminosas a los 7-8 meses, derivados de leche entre 8-12 meses, huevo y pescado a partir de los 8-12 meses, incorporación de frutas cítricas y leche, si se desea, posterior a los 12 meses.
- Se ha visto que el iniciar con carnes ayuda a diminuir el riesgo de anemia en los niños, por la gran cantidad de hierro que estas contienen, especialmente el hígado. Algunos ejemplos de carnes son el hígado de pollo, la ternera, pollo, pavo, res y cerdo.
- Es importante dar una amplia variedad de cereales, algunos de estos son el arroz, trigo, avena, centeno, amaranto, cebada, tortilla, pan, pastas y galletas. Así también, es importante dar variedad en las leguminosas como frijoles, lentejas, haba, garbanzo, alubia y chícharos.
- El uso de biberón, propicia un aporte energético excesivo además de que no requiere esfuerzo el bebé para obtener el alimento, se recomienda alimentar con vaso entrenador, cuchara o taza. (acérquese a su médico para ver formas alternas al biberón.)
Cantidades recomendadas según la edad | |
Edad | Cantidad |
6-8 meses | Frutas y verduras 2-4 cdas.
Carnes 1-2 cdas. Cereales 2 cdas. |
9-11 meses | Frutas y verduras 4-6 cdas
Carnes 2-3 Leguminosas 1-2 cdas. Cereales 2-4 cdas. Derivados lácteos 1-2 cdas. |
12-23 meses | Fruas y verduras 6-8 cdas.
Carnes 3-4 cdas. Leguminosas 2-3 cdas. Cereales 8-10 cdas. Derivados lácteos 2-4 cdas. Aceites y azucares 1 cdas. |
16. La capacidad gástrica aumenta conforme la edad, de 6-8 meses 249 gr, 9-11 meses 285 gr, y 12-23 meses 345 gr aproximadamente.
17. Recuerda, estos son solo algunos consejos, cualquier duda, recomendamos siempre asistir a un profesional de la salud.
Bibliografía
- Consenso para las prácticas de alimentarios complementaria en lactantes sanos, Boletín Médico del Hospital infantil de México,2016
- WHO Alimentación complementaria, https://www.who.int/nutrition/topics/complementary_feeding/es/
- WHO Fomento de una alimentación adecuada del lactante y del niño pequeño, https://www.who.int/nutrition/topics/infantfeeding/es
- Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado, organización panamericana de la salud y organización mundial de la salud, 2010