Afecciones en la alimentación
Fotografía con Licencias Creative Commons
Por: Gabriela González Ruiz y Jocelyn Paz Trejo.
Los trastornos alimenticios o trastornos de la conducta alimentaria (TCA) pueden provocar enfermedades físicas o psicológicas de riesgo, que se manifiestan a través de cambios en los hábitos alimentarios, muchas veces no identificados, por lo tanto, no diagnosticados ni tratados.
La alimentación es primordial en el ser humano, está cargada de funciones y valores psicológicos desde los primeros días de existencia. La relación y costumbres de convivencia a la hora de comer, construyen de manera importante la identidad en las primeras fases de vida. Las cargas simbólicas que adquiere la alimentación, se convierten de manera frecuente en terreno de numerosos conflictos psíquicos, cuyas raíces pueden ser desamparo, vacío existencial, formas de angustia, depresión e idealización, por mencionar algunos, y se manifiestan en la manera en que se ingiere o no los alimentos.
Los trastornos en la alimentación se dividen en:
- Anorexia nerviosa.
- Bulimia nerviosa: se puede manifestar como tipo purgativo o no purgativo, también llamado trastorno por atracón.
- Otros trastornos como:Vigorexia y Ortorexia.
La anorexia nerviosa es la “pérdida total o parcial del apetito” En la que se evita comer o las porciones de comida suelen ser mínimas.
La bulimia nerviosa es una enfermedad en donde las personas tienen un impulso irresistible por comer cantidades excesivas de alimentos para luego vomitar. O en el segundo tipo, son episodios irresistibles por la comida que es compensado con una sobrealimentación.
Entre los trastornos de conducta alimentaria no especificada más comunes están la vigorexia y la ortorexia. Las personas que sufren de vigorexia están obsesionadas con verse musculosas todo el tiempo, por lo que se ven constantemente al espejo y nunca están conformes con su cuerpo; es considerado un trastorno mental más que uno alimentario.
La ortorexia es cuando se está obsesionado por comer sano a tal grado de convertirse en un problema.
Factores individuales
Predisposición genética: Si algún familiar ha tenido un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) es común que alguien más en la familia presente un caso similar.
Rasgos psicológicos: Puede tratarse de una persona perfeccionista, autoexigente, necesitar tener el control de todo, no estar abierto a nuevas ideas conocido como rigidez cognitiva. O puede tener baja autoestima, es decir realiza valoraciones negativas o por lo menos insatisfactorias de sí mismo.
Imagen corporal negativa: Siguiendo la misma lógica de la baja autoestima, puede no coincidir la imagen del espejo con la real.
Adolescencia: Pese a que están identificados con personas de todas las edades, muchos de éstos se desarrollan durante la adolescencia; ya que en esa etapa es cuando se forma la personalidad, autoestima y se finca el rol social que jugará dentro de la vida misma, algo que los hace sentir más vulnerables al entorno, desencadenando presión por la imagen que se presenta al mundo.
La Revista Digital Universitaria —publicada por la UNAM— asegura todos estos trastornos tienen en común el desequilibrio en la reacción emocional o del estado de ánimo, que finalmente son englobados en dos grupos: trastornos bipolares y trastornos depresivos.
Bibliografía:
A.P.A. (2014). DSM-V: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. [Libro electrónico]. Fecha de consulta 27 de septiembre del 2021. Disponible en: DSM-V Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales – COMPLETO.pdf
World Health Organization. International classification of diseases and related health problems. 10th Revision. Geneva: World Health Organization, 2007.
Sylvia Scott-Stump. (2016). Nutrición, Diagnóstico y Tratamiento 8º Editorial: Lippincott Williams & Wilkins: (pág. 275-280)