Psicomotricidad

El Adulto mayor, ¿por qué se puede caer y cómo evitarlo?

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Fotografía con Licencias Creative Commons

Por: Concepción Rabadán Fernández, Jimena Ayala Rabadán  y equipo de psicomotricistas de CACiES.

Las caídas son causa importante de mortalidad, movilidad e inmovilidad en el adulto mayor. Aproximadamente el 33% de los adultos mayores de 65 años sufre una caída,  el 50% cayendo mas de dos veces al año. Las caídas son causadas por una serie de eventos que se juntan provocando la caída.  

El adulto mayor década tras década va presentando cambios del día a día, en la flexibilidad y fuerza del cuerpo, los reflejos, el equilibrio, la sensorialidad, la cognición, problemas de visión, disminución de las hormonas, enfermedades agudas y crónicas, dolor sin tratamiento, la apariencia, el rostro, la imagen ante el espejo, las diferencias entre generaciones que pueden favorecer el desempeño del adulto mayor o causar angustia. Cambios que pueden conllevar, bajo prescripción médica, a la toma de medicamentos. Cada década de la vida: los sesentas, los setentas, los ochentas, los noventas, y las condiciones de salud física irán dando la posibilidad de continuar y sostener la autonomía lograda en la vida. 

Una de las complicaciones más importantes encontradas en estas edades son las caídas. Esas suelen ocurrir dentro de la casa. Es importante a partir de los sesentas acondicionar los espacios físicos de la casa, del trabajo, con soportes, agarraderas en los baños, pasamanos en pasillos. Según las guías de practica clínica mexicanas el lugar en casa en que con mayor frecuencia ocurren las caídas es: la recamara 27%, el patio 21%, el baño 14%, la escalera 13%, la cocina 10%. El 10 a 25% de las caídas en el adulto mayor provocan fracturas y el 5% requiere hospitalización.

¿Qué factores pueden provocar las caídas?

  1. La inestabilidad.

Dentro de los cambios propios de cada década de la vida mediante el proceso de envejecimiento biológico se puede producir un deterioro en dos mecanismos imprescindibles para la bipedestación y la marcha estable: a) el mantenimiento del equilibrio  y b) la capacidad de respuesta rápida y efectiva. El 57% de las caídas aparecen por discapacidad para deambular.

El adulto mayor puede presentar desgaste muscular y de articulaciones con disminución en los movimientos de estas así como disminución en los reflejos. Esto, en consecuencia, puede llevar a cambios en la marcha, aumento de la base de sustentación, dificultad para mantener la estabilidad y para generar maniobras postulares reflejas correctas para evitar caídas.

Todo esto se puede ver acentuado por enfermedades que alteran la marcha como infartos cerebrales, enfermedad de Parkinson, deficiencias sensoriales, entre otros.

  1. Alteraciones visuales, auditivas y vestibulares. 

El 82% de las caídas en adultos mayores son dadas por discapacidad visual. Otras discapacidades auditivas y vestibulares, son también comunes.

El sistema vestibular y auditivo se encuentran ambos en el oído. Cuando el sistema vestibular se ve alterado podemos encontrar problemas de equilibrio y si esto lo sumamos a que la persona puede tener problemas en la audición el riesgo de caídas se incrementa.

Dentro de los problemas visuales que pueden afectar al adulto mayor esta la presbicia, que es la incapacidad para ver objetos de cerca; otros problemas de agudeza visual que requieran el uso de lentes, cataratas, perdida de tolerancia a la luz y adaptación a la oscuridad.

  1. Presencia de patologías crónicas.

La aparición de una o varias patologías crónicas pueden ser factor de riesgo predisponente para las caídas. Patologías neurológicas como la enfermedad de Parkinson, las demencias, y enfermedad cerebro vascular. Enfermedades cardiovasculares como la hipotensión, arritmias, insuficiencia cardíaca y síncopes. Patologías músculo esqueléticas como la osteoartritis, deformidades de los pies, osteoporosis, fracturas, entre otros. También pueden aparecer combinadas.

  1. Enfermedades agudas.

Como pueden ser deshidratación, anemias, cuadros febriles, infartos cerebrales entre otros. Estas pueden causar problemas con la cognición inmediata como desorientación, estupor, visión borrosa o incapacidad para realizar alguna actividad. Esto aumenta el riesgo de caídas en el momento que se padece el cuadro agudo de la enfermedad. 

  1. Fármacos.

La mayoría de los adultos mayores toman algún tipo de fármaco, si no es para aliviar los síntomas de alguna enfermedad crónica, será como aditivo alimenticio como vitaminas. Existe incluso un síndrome de polifarmacia en los adultos mayores donde se ha visto que a mayor número de medicamentos aumenta el riesgo de padecer problemas relacionados a estos, incluidas las caídas. Algunos de los fármacos específicos que se pueden relacionar con el aumento en la incidencia de caídas son sedantes e hipnóticos y antihipertensivos (si llegan a producir hipotensión y con esto disminución del flujo sanguíneo cerebral).

El 85% de los pacientes mayores de 65 años, utilizan al menos un fármaco prescrito por un facultativo y el consumo medio oscila entre 4 y 8 fármacos por persona, con un consumo máximo de 18 fármacos al día.

  1. Factores de riesgo relativos a la actividad y entorno de riesgo.

La mayoría de las caídas suceden mientras se realizan actividades cotidianas, que antes no eran peligrosas pero ahora sí pueden serlo como: subir y bajar escaleras (más al bajarlas); subirse a una silla. El riesgo disminuye en el caso de las personas, adultos mayores, que acostumbran hacerlo con regularidad.

La iluminación inadecuada, las escaleras sin pasamanos, ni descansillo, o con escalones muy altos, cuartos de baño con lavabos y retretes muy bajos, duchas y aseos sin barras, aumentan el riesgo de caídas.

La existencia de multitud de obstáculos y desniveles en las aceras, la mala conservación del pavimento o la insuficiencia de altura de los bancos, suelos encerados y resbaladizos, aumentan el riesgo de caídas en las calles.

  1. Factores emocionales.

Al contrario de los cambios anatomo fisiológicos, se puede decir que la forma de ser no cambia. La forma en que la persona elabora las pérdidas, los cambios, las transformaciones, es decir los procesos de duelo, sigue siendo de la misma manera. Pueden haber procesos de cambio en las crisis de la vida, ocurrir como propone Elliot Jaques, que la “creatividad presurosa” de la juventud de la edad adulta cambie a una forma de “creatividad esculpida” (prudente) propia de la madurez. 

Considerando que el aparato psíquico es uno que se prepara y funciona para elaborar pérdidas (castraciones) por medio de duelos; que funciona como el aparato digestivo: ingiere (incorpora), digiere (introyecta, se identifica), absorve (crea, programa, hace) y deshecha (proyecta o elabora), se puede clasificar en tres las formas de funcionar el aparato psíquico, o sea las formas de ser:

  1. Las personas que tienden a negar las pérdidas. Por ejemplo si ante los cambios de la edad madura se entra en un círculo de cirugías estéticas de forma compulsiva para mantener la juventud; si comienzan a establecerse relaciones amorosas con jovencitas o jovencitos.
  2. Las personas que elaboran los duelos, colocándose en posición depresiva: algo se pierde a la vez que algo se gana. Una actitud de integridad.
  3. Las personas que al no poder elaborar la pérdida, entran en depresión (diferente a la posición depresiva). Pueden experimentar en melancolía porque no acabaron de desprenderse. Puede ser que les sea difícil adaptarse a los cambios que implica la madurez, que les sea difícil relacionarse para ser acompañados, de carácter de difícil trato, rabiosos, enojones, apartados.

A pesar de como dice el dicho: Genio y figura hasta la sepultura, en los momentos de crisis de la vida se pueden dar cambios en el humor, aparecer fobias, surgir nuevas angustias, síntomas, dificultades para conciliar el sueño, para dormir, soñar o de otra manera creatividad, nuevos proyectos. 

Las crisis de la vida nos llevan a un encuentro con nuestros ideales. Por ejemplo, un divorcio implica todos los ideales conscientes e inconscientes que se colocaron en el nivel de compromiso que implicó un matrimonio. Por otra parte, puede ser el momento como lo estudia Elliot Jacques de iniciar un proyecto de vida siempre codiciado.

Ante cambios del humor, angustia, dolor psíquico, conviene consultar con un especialista, como puede ser el psicomotricista o el psicoanalista.

En conclusión ¿Cómo evitar las caídas?

Una variable decisiva para una calidad de vida digna, será siempre el nivel de autonomía logrado y que se pueda sostener durante las diferentes décadas de la vida hasta la muerte.

Como familiar

  1. Escuchar sus propuestas y aprovechar su experiencia. 
  2. Conocer sobre esta etapa de la vida y los cambios que conlleva. (Durante la Licenciatura en Psicología se adquieren estos conocimientos.)
  3. Conocer las enfermedades crónicas que pueda tener la persona y saber en qué consisten.
  4. Generar condiciones y rutinas que den seguridad. Para esto se pueden colocar pasamanos, sillas especiales o aditamentos que requiera cada persona. 
  5. Apoyar  el sostén de rutinas seguras, que propicien un adecuado ciclo de sueño y vigilia que permita seguir descansando de forma adecuada.
  6. Identificar las necesidades de apoyo a nivel cognoscitivo, físico que se pudiera ir necesitando. Acudir al especialista que requiera. 
  7. Detectar los momentos de cambios emocionales que generen angustia para consultar con un especialista. El Centro de Atención a la Comunidad CACiES, se da atención psicoanalítica, psicomotriz, de adicciones.
  8. Buscar el uso de calzado adecuado. Este debe ser cómodo, no causar molestias o dolor y de preferencia antiderrapante. 
  9. Proponer la Terapia psicomotriz trabajando el tono muscular, ritmo, equilibrio. el movimiento, la respiración.

Como profesional de la salud

  1. Identificar a los pacientes con caídas previas como principal factor de riesgo para más caídas. Así como identificar otros factores de riesgo que pueda tener como enfermedades crónicas, polifarmacia, problemas visuales, auditivos, de equilibrio, psicológicos entre otros, así como buscar derivar al especialista para procurar tratar las causas probables de caídas.
  2. Buscar una adaptación funcional y cognitiva del entorno físico de acuerdo al potencial y a las limitaciones de cada persona.
  3. Generar las condiciones de seguridad que se vaya necesitando conforme a cada una de las décadas de la vida.
  4. Terapia psicomotriz trabajando el tono muscular, ritmo, equilibrio, el movimiento, la respiración.
  5. Valorar el adecuado tratamiento del dolor subdiagnosticado o mal tratado.

Al final lo importante es que la persona siga conservando el nivel de autonomía, económica, psicológica, social, laboral.

Bibliografía

AYALA, V.J. Bases psicoanalíticas de la psicomotricidad. Revista electrónica: Psicomotricidad, movimiento y emoción. Vol. 2, Nº 1, 2016.

CONSEJO DE SALUBRIDAD GENERAL. Resumen de Evidencias y Recomendaciones Prevención de Caídas en el Adulto Mayor en el Primer Nivel de Atención, Disponible en: http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/134_ISSSTE_08_caidas_adultomayor/EyR_ISSSTE_134_08.pdf

ELLIOT JAQUES. Muerte y crisis de la mitad de la vida. Intenational Journal of Psychoanalysis, 1963, 46, 502-14. 

URDAIBAY ZUBILLAGA, E. El cuidado del adulyto mayor ¿una vocación? Revista Psicomotricidad movimiento y emoción, PsiME, Vol. 4, Nº 2, julio-diciembre, 2018, 

QUIROZ C. M.de L. Influencia de la psicomotricidad reeducativa en el desarrollo psicosocial. (Estudio de caso). Tesis Maestría en Psicomotricidad, CiES, 2010.

JIN J. Prevention of Falls in Older Adults. JAMA. 2018;319(16):1734. doi:10.1001/jama.2018.4396

PASQUETTI Pietro, APICCELLA Lorenzo MANGONE Giuseppe, Pathogenesis and treatment of falls in elderly, Clinical Cases in mineral and Bone Metabolism 2014 Florencia Italia.

 

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