La Danza por la vida (3ª parte)
Por Lucía Blanco
En la entrega pasada, hablé de los siete poderes de la Biodanza, y expliqué los tres primeros: la música, la danza integradora y la vivencia. En esta entrega hablaré de las siguientes 4:
La caricia: Todo cuerpo que no es acariciado empieza a morir. El contacto es una fuente de salud y es la acción terapéutica más importante. Por otro lado, una caricia es una expresión de afecto mediante el contacto corporal y cuya condición esencial es un balance entre el deseo de darla y el deseo de recibirla. A pesar de que las características de los distintos tipos de contacto entre seres humanos son diferentes (táctil, verbal o visual). A través de la Biodanza se aprende a distinguir en las palabras, las miradas, el tono de voz y el contacto cotidiano; formas de caricias y contactos sanos o tóxicos.
La regresión y el trance: La palabra ‘trance’ proviene etimológicamente del término transir (transitar, transportarse, pasar de un estado a otro). Su significado usual es: cambio de estado de conciencia. En cuanto al estado de regresión es un retorno psicofisiológico a la etapa fetal o perinatal, es decir, inmediatamente anteriores o posteriores al nacimiento. Durante el estado de regresión el individuo reedita condiciones psíquicas y biológicas de la infancia. La regresión puede tener un carácter renovador-integrativo, de reparación y compensación psicobiológica. Trance y regresión son fenómenos que frecuentemente se producen en forma simultánea y en la Biodanza, se logra ese estado a través de disminuir el estado de consciencia con algunas danzas.
La expansión de conciencia: Expandir la consciencia, se considera aprendizaje; sin embargo, no hablamos de un aprendizaje lógico racional; sino de un estado de “darse cuenta”. A través de la Biodanza, “caen los veintes” del tipo de relacionamiento que uno establece, y se responden 3 preguntas existenciales: A qué me quiero dedicar, en dónde quiero vivir, con quién quiero vivir. La consciencia de estos 3 aspectos, va generando una dirección consciente de vida, en donde tomar decisiones y asumir sus consecuencias rumbo a ser feliz y vivir una vida aceptando o incorporando lo que genera bienestar y rechazando lo tóxico o lo que genera malestar.
El grupo: El grupo es un biogenerador, un centro generador de vida. La concentración de energía convergente dentro de un grupo produce un potencial mayor que la suma de sus partes. Esta energía biológica renovadora compromete la unidad y armonía del organismo. Se produce una percepción de lo más esencial de las otras personas, un modo de identificación nuevo. “Soy con el otro”. El grupo cumple las siguientes funciones: a) permisiva, b) facilitadora, c) deflagradora, d), integradora, e) creadora, f) trascendente. Se crea, así, un campo magnético en el que se reflejan y proyectan emociones, deseos, sensaciones físicas de gran intensidad.